El alcalde, el "boom" inmobiliario, la destrucción del patrimonio y el sumidero
1. Política territorial del Alcalde #Heresi antes de candidatear por #Lima
Dada la presión actual que ejerce el capital inmobiliario sobre nuestra Lima, en una forma que depreda impunemente la calidad de vida, no debemos dejar de escuchar el ruido de esta tragedia: el espacio urbano nos “habla” y hasta se queja… Es soporte de un lenguaje no verbal que practicamos cotidianamente en nuestras interacciones a pesar de no darnos cuenta; acontece frente a nosotros aunque no hablamos de ello, sin saber cómo nos sentimos inconscientemente obligados a reprimir su experiencia, a disociarla de nuestro hablar cotidiano, no obstante implica el manejo de relaciones espaciales con pautas muy elaboradas de comportamiento en los humanos y el resto de las especies. De hecho, el espacio “comunica” de forma primaria permitiendo la organización de toda la vida social a partir de pautas culturales únicas y no universales de agenciamiento en medio de un moldeamiento mutuo. Lo que se refleja en las oposiciones complementarias de nuestro hablar diario como adentro/afuera, casa/calle, sagrado/profano, iglesia/bar, próximo/lejano, propio/ajeno o la experimentación de los niños con expresiones deícticas como mío/tuyo, aquí/allá, al aprender a hablar, son ejemplos ya no de un espacio en abstracto sino de territorialidad. Todo sucede como si más allá de los límites físicos que separan a todo ser vivo de su entorno exterior, el espacio se desplegara como territorialidad pura: el acto de reclamar y defender un territorio frente a otros individuos de la misma especie. (1)

Zonificacion propuesta por #Heresi y aprobada por Castañeda en 2007

Edificio en ubicación peligrosa ocupa ilegalmente el Malecón Bertolotto, con licencia de la administración #Heresi.
“El distrito de San Miguel, tendrá como Capital pueblo de su nombre, que se elevará a la categoría de Villa y sus límites serán: El Océano Pacifico, Las Huacas de San Miguel y Magdalena del Mar, el Camino Real que va de Magdalena al Callao y los linderos entre los fundos Pando, Cayetano y Maranga” (4).
¿Era necesario este cambio de zonificación gestionado por el Sr. #Heresi sin la debida consulta y consentimiento de los vecinos? (5) La historia de este “hablar” quejoso de la ciudad tiene sus narrativas.

Tiendas en la Av. Parque de la Leyendas, años sesenta
El otro sueño inmobiliario
Un domingo de año 1965, mi padre nos subió a toda la familia en un taxi que se puso en marcha desde el distrito Jesús María por la avenida La Marina, rumbo a la primera etapa de la urbanización Maranga del distrito San Miguel. Al llegar nos mostró un lote y nos dijo que ahí construiría nuestra casa, el lote estaba ubicado frente a un terral de 100 x 100 metros donde existe hasta el día de hoy un ojo de agua entubado –que con seguridad ha debido ser en la antigüedad un lugar “sagrado”-. Sobre el ojo hay una estructura cilíndrica de concreto tamaño colosal que sostiene un pozo elevado de agua, durante la segunda mitad de los años sesenta este pozo tenía unas letras luminosas de gran tamaño que decían “Maranga” y se veían desde varias partes de Lima. Nunca olvidaré los ojos de mi padre mirándonos al mismo tiempo que al entorno, como imaginándose el futuro. Su sueño era vivir en una zona residencial, de baja densidad poblacional, tranquila, con edificaciones de uno o dos pisos, aire limpio y cerca del mar, el lugar perfecto para envejecer con la familia, protegido por el manto del Estado de Derecho. Hoy en día ha pasado medio siglo y como en el sueño de mi padre, dicho terral se convirtió en el bello parque “César Vallejo” que es hoy, gracias a la organización de los antiguos vecinos entre los que él participó, ahora los árboles son frondosos y en ellos anidan todo tipo de aves que van desde las más pequeñas hasta águilas, sin contar las migratorias, su trazo ahora lleno de plantas ornamentales lo debemos a un arquitecto vecino que vive en una de las esquinas y así el lugar se fue poblando de los aportes de quienes por décadas han habitado alrededor.

Parque "César Vallejo", Maranga, donde yace el antiguo ojo de agua hoy entubado.
Para el año 2004, en un momento que por fin el lugar empezó a tener las condiciones urbanísticas del sueño anhelado, a mostrar el capital de la organización vecinal acumulado por décadas en el grosor de los árboles del parque -como en las “purmas” loretanas que malentiende el perro del hortelano y llama por ignorancia “terrenos baldíos”-, capital social del que las organizaciones sociales (los vecinos de parques) son muchas veces despojadas en nombre de la administración municipal. En el momento que el sueño estaba para salir como el pan caliente a la puerta del horno, lamentablemente llegaron los “nubarrones” del capital integrado flanqueados por administraciones municipales serviles -como la de Marina Sequeiros, que ahora tiene el cinismo de volver a postular, y luego el Alcalde #Heresi, fiel promotor de los intereses comerciales e inmobiliarios, antes que de los vecinos que lo re eligieron-. Dadas así las cosas, el sueño de una vida digna se derrumbó… La vieja vida del barrio, donde la seguridad ciudadana reposaba en el conocimiento que teníamos unos de otros y la co-residencia era fuente de relaciones personales de buena vecindad se acabó. Todo fue remplazado por edificios con miles de nuevos departamentos que nos plantearon un tipo de co-residencia distinto que dejó de ser personalizado para convertirse en funcional, ahora nuestra comuna está convertida en un “distrito-alcoba” y se está poblando de vecinos que no se arraigan porque son simples arrendatarios que vienen a “dormir”, entonces ya nadie se conoce, decae la cooperación vecinal y por ende el capital social que hacía gobernable la vida social de nuestro distrito, se ha “enfriado”…

Seguridad ciudadana sin participación vrcinal, según propaganda electoral de su delfin: Eduardo #Bless.
¿Pero a quién ha favorecido el cambio de zonificación distrital? Veamos sus efectos: hace pocos días a la vuelta de nuestro parque “César Vallejo” mataron en defensa propia a un delincuente que se presume había robado en varias oportunidades a vecinos del barrio, la gente no ha olvidado que en esas mismas inmediaciones hace unos años asesinaron a un joven vecino. ¿Esto se va a solucionar con más vehículos de vigilancia y efectivos? No lo creemos… Si tomamos como ejemplo de seguridad ciudadana la nicaragüense, veremos que es un modelo que dispone de mucho menos recursos que el Perú, sin embargo funciona porque reposa en la propia organización vecinal, en el conocimiento de unos sobre otros. Fue este estado ideal de vecindad el que “los nubarrones” vinieron a cambiar, con un estilo muy en boga en la política municipal de estos días de corte neoliberal que, combinado con claros indicios de supuesta corrupción, tiene resultados desastrosos para la calidad de vida, la seguridad ciudadana, para el patrimonio histórico urbanístico y arqueológico como es el caso del distrito de San Miguel, probablemente el de mayor densidad arqueológica en Lima. Más allá del enriquecimiento de las inmobiliarias y de un Alcalde que no sabe justificar cómo se ha hecho propietario de más de un inmueble, no vemos el beneficio para el ciudadano.

Plano de Watika Marka según el archivo de J. C. Tello
La segunda muerte de José de la Riva-Agüero y Osma
Mi padre tuvo una fuerte inclinación por el humanismo que me orientó hacia la antropología, pero de niño no me gustaba la historia, tal vez porque los niños son tan prácticos como transparentes y yo asociaba esta asignatura escolar con las “grandes mentiras” de nuestra civilización inventadas por el Tío Sam, para mí por ejemplo pretender hacer pasar por “recuperación arqueológica” lo que ha sido claramente la depredación de todo el Conjunto arqueológico Maranga (que abarca los distritos San Miguel, Magdalena, Pueblo Libre y El Cercado), es una de esas mentiras infames que aprendí a darme cuenta a través del espíritu crítico de mi progenitor. Desencanto ratificado años después por la construcción, tanto del Instituto Cultural Peruano Norte Americano (ICPNA) ubicado en la cuadra 24 de la Av. La Marina cuyo edificio sobrepasó la altura permitida en aquella época atentando contra el paisaje cultural del sitio arqueológico Huantinamarca y sus campos de cultivo, que siguen estando bajo la tienda de capitales chilenos Tottus-Sódimac (6) , quienes a pesar de la oposición vecinal y de no contat al inicio con licencia de obra, se las ingeniaron con procedimientos turbios (véase la cronología preparada por Bethsabé Andía, líder de esa gesta) para profundizar la ya lamentable actitud que el imperial ICPNA. Se suman a esto los conjuntos habitacionales que se han construido posteriormente alrededor del sitio, para lo cual se debe haber destruido los últimos muros de la antigua muralla de Lima, produciendo lo que se conoce como “estrangulamiento por inmueble” del sitio arqueológico, alentado por la municipalidad como una violación clara, alevosa y premeditada, contra el patrimonio porque el Alcalde sabe que se trataba de una zona que requiere de un especial cuidado y el gobierno local al saberlo tenía la obligación de proteger este patrimonio de acuerdo a Ley.

Hueso con marcas de sable español: ¡En Huantinamarca murieron defendiendo el sitio!
¿En un mundo donde se promueven la diversidad cultural, este el respeto que se merece el santuario de una religión tan antigua como la de los antiguos Maranga, quienes -según los vestigios hallados- han debido morir defendiendo el sitio? Sin embargo a la destrucción intencional de Huantinamarca le han llamado “Proyecto de reconversión urbana inédito en la capital” (7) . Y la razón del desencanto es simple, luego de haber gozado como enano entre las grandes extensiones de maizales que hubieron, montado en caballos alquilados a los caporales de la aún hacienda Maranga de mi niñez, luego de cultivar la intimidad del hogar en un entorno donde se dormía con el rumor del oleaje en la almohada, o se podía ver desde las ventanas las huacas al fondo de la noche, todo quedó abandonado a la voracidad del capital integrado.

A la izquierda de Huantinamarca estaría la iglesia Santa María y la Hacienda Maranga !Todo San Miguel es monumental!
Sin olvidar los lugares que existieron hasta hace pocos años donde antiguamente se ordeñaban a las vacas y se producía la leche “Maranga”, el pueblito donde vivieron los antiguos trabajadores de la hacienda con su iglesia Santa María que tiene más de 400 años, toda esta la alrededor es patrimonio histórico y debería haber sido declarada zona monumental, para conservar el paisaje urbano histórico que implica la existencia de esta iglesia y sus alrededores. Ojo: hoy en día entre dicha iglesia y la Av. La Marina se construye una gran edificación que se dice serán las instalaciones de una universidad particular, pero los vecinos comentan que estos terrenos eran municipales y dentro de su planificación estaban destinados al uso público, la prensa debería corroborar esto porque es una zona donde existe patrimonio histórico y ha debido requerir un certificado de inexistencia de restos arqueológicos e históricos correspondiente, antes de haber hecho cualquier movimiento de tierras.

Plaza San Mmiguel en su primera versión, cuando respetaba las normas internacionales sobre edificaciones al lado de sitios arqueológicos
Luego que empezó a crecer la mancha urbana, todo se llenó de luces de neón y smog, llegaron los años ochenta y el crecimiento de la mancha continuó sin ningún respeto por el “paisaje cultural”, en realidad al comienzo la construcción de Plaza San Miguel se hizo respetando las normas internacionales que norman la altura de las construcciones aledañas a sitios arqueológicos, por ello el primer diseño de esta plaza fue de baja altura, pero el interés monetario venció a la densidad histórica, también por la negligencia de los diversos dueños entre los que figura la Iglesia Católica. Conducta etnocéntrica que puede interpretarse como despreciativa de nuestras religiones antiguas, pues hasta hoy las edificaciones de Plaza San Miguel siguen creciendo en altura con la anuencia de la municipalidad, produciendo nuevamente otro caso de “estrangulamiento por inmueble” del conjunto arqueológico, sin contar la destrucción debida a excavaciones para construir cimientos y estacionamientos o sótanos de las edificaciones cercanas. Lo que con seguridad debe haber aumentado el tráfico de bienes culturales, como sucede cuando se realizan movimientos de tierra en zonas de alta densidad histórica, un ejemplo reciente de ello es el tráfico de bienes culturales procedentes de la época del caucho debido a los movimientos de tierra que se hicieron para construir el alcantarillado de la ciudad de Iquitos. Luego de saber todo esto, muchas veces he pensado que si don José de la Riva-Agüero y Osma resucitara y volviera a leer los testamentos que escribió (8) , se moriría de nuevo al ver lo que las dignas casas de estudio (la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos) han hecho con el legado arqueológico que dejó pensando velarían por él.
La destrucción del lenguaje espacial-patrimonial
Esta pequeña historia es aplicable a todo Lima donde miles de peruanos respetables que pagan sus impuestos y arbitrios -pensando que con ello mantienen un Estado de Derecho que los protege- deben estar viviendo experiencias similares de atropello a sus derechos constitucionales, mientras los gobiernos y autoridades se las arreglan para dejar que los empresarios hagan de la suyas, como si esto fuera negociable y no tuviera consecuencias que impactan directamente en la calidad de vida de la población. Es importante que los políticos y la población nos re-eduquemos en la forma que usamos el espacio en la actualidad, porque lo hacemos con una irresponsabilidad que compromete seriamente la sostenibilidad futura del desarrollo mundial y la gobernabilidad del país. En el caso del distrito de San Miguel ha tenido que pasar medio siglo para darnos cuenta que a la hora de realizar el “ordenamiento territorial” el Estado de Derecho puede variar al son que le toque el dinero de la corrupción, y este cambio radical e inconsulto de la zonificación aludido, al no haber tenido en cuenta la calidad de vida de los vecinos, al no existir estudios de impacto confiables, y por otro lado no tener en cuenta el alto grado de densidad histórica de todo el distrito, ha quebrado innecesariamente infinitas significaciones primarias espaciales que habían tardado decenas (el diseño urbano de baja densidad poblacional), cientos (los vestigios históricos) y hasta miles (los vestigios arqueológicos y los lugares de reposo de las de aves migratorias) de años en formarse, bajo el entendido que todo paisaje se encuentra sujeto en una compleja trama social que le da una significación cultural determinada como medio técnico (la disponibilidad de material que brinda el entorno).
Lo que han generado los cambios de zonificación sin consulta y aprobación vecinal como ha sucedido en el distrito San Miguel es “desorientación cultural” profunda, producida por el quiebre del sentido histórico que tenían las elaboraciones espaciales anteriores, en la medida que estas constituyen un tipo de lenguaje primario, además de funcionar como “locus” de la memoria colectiva -lugares donde emergen y se actualizan las continuidades o recuerdos que encarnan valores inmemoriales- cuyo quiebre produce conductas colectivas violentas y de muy poca cohesión social. Como sucede en el efecto “sumidero” descrito por Hall en los años 50 para explicar el destino violento de la ciudad de New York.
La palabra "sink" (sumidero, albañal, fregadero, pozo negro) se usa en inglés figurativamente (como "albañal", en español) para designar el lugar donde van a parar las cosas inmundas y los desperdicios. Calhoun inventó la denominación "sumidero comportamental" para designar las grandes distorsiones comportamentales que aparecieron en la mayoría de los turones que tenía en Rockville. Ese fenómeno, según él, es "la consecuencia de todo proceso comportamental en que los animales se juntan en número desusadamente grande. La idea de inmundicia séptica que acompaña al vocablo no es casualidad: el sumidero comportamental agrava todas las formas patológicas que pueden hallarse en el grupo". El sumidero comportamental comprendía trastornos en la construcción de nidos, el cortejo, el comportamiento sexual, la reproducción y la organización social. Los turones a quienes se practicó la autopsia mostraron también sendos efectos fisiológicos (Hall, 1994:38).
Por ello las políticas sociales que tienen como objeto el espacio urbano o rural conocidas como “ordenamiento territorial” son algo muy delicado, pues sus efectos tienen graves consecuencias en el cuerpo social como ha sucedido en el distrito San Miguel, donde empiezan a sentirse los efectos negativos del enfriamiento del capital social y hay claros indicios de aparición del efecto “sumidero”, como sucede en todos los lugares donde crece la densidad poblacional. No sólo por consideraciones que tienen que ver con el Estado de Derecho y los Derechos Humanos, entre las cuales se concibe a la cultura como: “el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”: lo que en resumen no puede ser posible sin un espacio, más aún sin un territorio donde materializar esta creación. Más allá de toda densidad histórica o social con relación al espacio, podemos decir desde un punto de vista que nos viene de la semiótica de la cultura, lo que Lotman (9) escribió al respecto:
“Desde el punto de vista genético, la cultura se construye sobre la base de dos lenguajes primarios. Uno de ellos es la lengua natural, utilizada por el hombre en el trato cotidiano. Su papel en todas las construcciones secundarias de la cultura es evidente y no requiere aclaraciones. (…) Menos evidente es la naturaleza del segundo lenguaje primario. Se trata del modelo estructural del espacio. Toda actividad del hombre como homo sapiens está ligada a modelos clasificacionales del espacio, a la división de este en “propio” y “ajeno” y a la traducción de los variados vínculos sociales, religiosos, políticos, de parentesco, etc., al lenguaje de las relaciones espaciales. La división del espacio (…) es una característica inalienable de la cultura” (Lotman, 1996:83).
El espacio es la sustancia por la que se desliza el lenguaje primario de las cosas y sus relaciones, esto le permite ser el registro sobre el que se inscriben las duplicaciones de lo real, las expresiones culturales que fortalecen la identidad por la vía de auto-representarse, dinamizando así los procesos de proyección-identificación que producen la subjetividad. De aquí podría desprenderse que las políticas territoriales sean leídas, más allá del paradigma político-administrativo, como la proyección de los intereses de quienes las formulan, en esta medida seleccionan aspectos del espacio territorial sobre el que van a actuar versus dejar otros de lado, en esta balanza pueden sacar provecho de la intermediación que “representan” y llenarse los bolsillos. Desde el punto de vista de las significaciones que permiten y sostienen la reproducción cultural, es urgente que en distritos como San Miguel la política territorial sobre el espacio urbano sea más acorde con la lógica del paisaje cultural sobre el que discurre la vida social, se incluye en esto la vieja relación de los antiguos Maranga con las aves nativas y migratorias que llegan a las costas, eso también es parte del patrimonio natural que no tiene nada que ver con modelos de balnearios que vienen de Miami. Frente a este peligro, al parecer la administración provincial de la Alcaldesa Villarán está teniendo en cuenta un desarrollo social de la Costanera san miguelina.

Friso del "Palacio Maranga" en la década de 1930
Esta pared estuvo probablemente en las inmediaciones de la Av. Precursores, en las afueras del actual Parque de la Leyendas, las aves que representa no son casuales, denotan una profunda relación con ellas. La proyección de las elaboraciones culturales sobre el espacio, no son sólo memoria colectiva ancestral, en su contemporaneidad se pueden interpretar al igual que los medios arquitectónicos y urbanos, como el resultado del tamiz que aplica cada gobierno local a los “datos sensoriales” del entorno, su medio antrópico. Este proceso de selección inconsciente de temporalidad larga, tiene en lo inmediato una forma de duplicación que se refleja en el espacio que permite a los políticos locales aprovecharse de la intermediación que ellos encarnan en las decisiones, ¿qué es lo que ha seleccionado del entorno el plano actual de zonificación que rige nuestro distrito, qué ha considerado valioso, qué ha dejado de lado, y por qué razones? La respuesta nos mostrará el sesgo ideológico de tal “filtro” (el mapa de zonificación) que norma culturalmente nuestro comportamiento, y el estilo de estas “soluciones” arquitectónicas y urbanas nos dirá mucho hacia dónde apunta la formación de la sensibilidad en nuestra cultura urbana, tan diferentes en esto de otras, no debemos olvidar que este proceso transforma a la sociedad y su medio, en un moldeamiento mutuo como ya se dijo. De ahí que las políticas territoriales emprendidas por el Alcalde #Heresi en el distrito de San Miguel pueden ser reumidas con el adjetivo de ¡depredadoras!
Si quieres hacer algo contra la depredación del distrito San Miguel, ingresa al siguiente mapa colaborativo con una cuenta de correo electrónico y regístrate, así podrás convertirte en "datero" y denunciar los efectos negativos del cambio de zonificación inconsulto que ha violentado nuestra tranquila vida vecinal. ¿Quieres sentirte útil y hacer algo al respecto? ¡Ingresa en el siguiente enlace! http://datea.pe/#/mapeo/143

Mapa colaborativo para registrar los efectos del cambio inconsulto de zonificación.
Notas
(1) Cf. Hall, Edward T., El lenguaje silencioso, 1990, México. SEP y La dimensión oculta, 1994, México: Siglo XXI.
(2) Cf. Santos, Milton; La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo. Razón y emoción, 2000, Barcelona: Editorial Ariel.
(3) Cf. La imagen es de la primera cuadra del Malecón Bertolotto del distrito San Miguel, Lima-Perú, conocida como Parque John Lennon, edificio construido durante la gestión del Alcalde Salvador #Heresi, cuya ubicación además es de alta peligrosidad por la poca estabilidad de los taludes.
(4) Cf. https://drive.google.com/file/d/0B7_4Vw2sBenCTkZNWUEzUnphRXM/edit?usp=sharing
(5) Cf. Ordenanza Nº 1098-MML (30-11-2007): https://drive.google.com/file/d/0B7_4Vw2sBenCcEhuMFlzTnlRbFU/edit?usp=sharing
(6) Cf. Hay una cronología de este atentado que puede verse en el siguiente enlace que temporaliza la gesta de los vecinos por la defensa de sus derechos: https://drive.google.com/file/d/0B7_4Vw2sBenCaG1KMGN2VUNmRXc/edit?usp=sharing
(7) Cf. https://www.youtube.com/watch?v=EieCZxW0cWM
(8) Cf. Se pueden consultar los testamentos en el siguiente enlace: https://drive.google.com/file/d/0B7_4Vw2sBenCZGNndFVNbW5nNW8/edit?usp=sharing
(9) Cf. Lotman, Iuri M., La semiosfera I. Semiótica de la cultura y el texto, 1996, Pág. 83, Madrid: Ediciones Cátedra.